Misión de paz con responsabilidad limitada

por Janis El-Bira
Versión en español por Margarita Borja

Heidelberg, 17 de febrero de 2017. Al final de la historia la revolución no resulta solamente obsoleta sino que se ha convertido en un chiste cruel que se nos ocurre recién cuando ya se fue nuestro interlocutor. Así han tenido que reconocerlo los cuatro cascos azules, estacionados en Port-au-Prince, Haití, mientras afuera ruge un violento levantamiento popular.

"Sobre la teoría del eterno retorno aplicada a la revolución en el Caribe", obra del director uruguayo Santiago Sanguinetti, se deleita en el destino de estos cuatro soldados uruguayos, acostumbrados a la democracia y totalmente desarmados ante la realidad que amenaza con engullirlos, con todas las de perder en la misión que les han asignado. Y es que en nuestra época post heroica incluso los soldados han dejado de ser guerreros para convertirse en idealistas neuróticos.

Diálogos agudos y brillantes

Así que cuando estalla una balacera, Carlos se consuela mirando a la pared y cantando villancicos de paz. Ernesto procura compensar la insuficiencia gramatical y el racismo de sus camaradas. Raúl busca en los clásicos de la filosofía una salida a la disparatada situación, e incluso Lenin (sí, así mismo se llama: Lenin) el matonzuelo barbudo de la pandilla, anhela más que nada unos mimitos. Así las cosas, naturalmente nos encontramos con una misión de paz a cargo de una compañía con responsabilidad limitada.

"Sobre la teoría del eterno retorno aplicada a la revolución en el Caribe" es mucho a la vez: una corrosiva sátira contra la guerra, teatro de cámara, discursivo y un chance didáctico. En ello se parece a lo que Yael Ronen pone en escena para un público germanohablante. Incluso en esos brillantes diálogos ricos en afilados punchlines, también presentes en la obra de Sanguinetti y que surgen con potencia de boca de un elenco ideal. Pero a diferencia de Ronen, en cuyas piezas late cálidamente un corazón ilustrado que hincha los embrollados vasos sanguíneos, "Sobre la teoría del eterno retorno aplicada a la revolución en el Caribe" no se ablanda compasiva sino que provoca a gritos, ya desde el título, ridiculizando el ocaso de Occidente a través de cuatro figuras lastimeras en uniforme.

Hundir los barcos

Contra las rejas del capitalismo vencedor se estrellan casi todas las consignas revolucionarias: en teoría estallan en preguntas incómodas y en la praxis se tornan imágenes grotescas. Así es como nos encontramos a Raúl, el intelectual, explicando a sus camaradas, mediante dibujitos en una pizarra, la dialéctica hegeliana del amo y el esclavo para ilustrar los motivos del levantamiento haitiano. Y para ello por supuesto invoca a Marx y Lenin, y da un rodeo por la “Genealogía de la moral” de Nietzsche. Cuando el profe ha acabado por fin con sus “cuatro fantásticos de la subversión”, surge de entre sus “alumnos” una hilarante pregunta, tan despistada como relevante: ¿y cómo era entonces que se puede generar capital hoy en día?

Hacia el final la mirada de los soldados se dirige hacia afuera. A través de las ventanas reventadas alcanzan a ver lo que está ocurriendo: con un viejísimo cañón de la época colonial, los haitianos están hundiendo un crucero estadounidense. Quinientos pasajeros luchan para que no se los trague el mar. ¿No deberíamos ayudarles?, pregunta uno. Y como respuesta se escuchan las palabras más radicales de todo el Festival: ¿A cuál de los dos bandos?

Sobre la teoría del eterno retorno aplicada a la revolución en el Caribe

Texto y dirección: Santiago Sanguinetti, Producción: Andrea Silva, Escenografía e iluminación: Laura Leifert y Sebastián Marrero, Vestuario: Virginia Sosa, Fotografía: Alejandro Persichetti, Sonido: Fernando Castro.
Elenco: Rogelio Gracia, Gabriel Calderón, Guillermo Vilarrubí y Sebastián Calderón.
Duración: 75 min

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