Teatro como resistencia

por Georg Kasch

Heidelberg, 12 de febrero de 2017. ¿Qué tanto podemos lograr desde el teatro? Chela de Ferrari considera que el teatro genera un espacio de encuentros extraordinarios, tanto entre público y actores como entre los espectadores mismos. Tras una representación de "La cautiva", por ejemplo, dos mujeres (que jamás se habían visto) se abrazaron conmovidas.

Las élites latinoamericanas han perdido su credibilidad: así resumió la moderadora Ingrid Spiller de la Fundación Heinrich Böll la problemática de varias naciones latinoamericanas tal como se fue revelando durante el debate "¿Cultura como solución a la crisis?". Entonces nació la pregunta: ¿es posible desde el ámbito de la cultura sentar las bases para un nuevo comienzo?

La respuesta fue unánime (¡sí!) entre los artistas presentes en el podio: la directora De Ferrari junto a Ruy Filho, el dramaturgo de "La tragedia latinoamericana" y el artista Alfredo Casanova, cuya obra "Huellas de la memoria" se exhibe en el foyer del teatro y nos recuerda a aquellos a quienes se ha dejado desaparecer en México. Casanova se refiere a una "crisis humanitaria" en México, es más, habla de "guerra" en un país donde el presidente no es más que la marioneta de las élites económicas. Para él la cultura representa la posibilidad de expresión de la resistencia.

Relevancia más allá de la estética

En el caso de Chela de Ferrari, su puesta en escena llegó a sufrir una demanda por "apología al terrorismo". Y ello porque se atrevió a meterse con el espinoso tema del abuso sexual y la violencia durante el Conflicto Armado. Nos cuenta que de habérselos hallado culpables habrían terminado en la cárcel hasta por quince años. Hay cosas que parecen simplemente imposibles y de repente se vuelven posibles, afirma la directora peruana. Las protestas en contra de la demanda a "La cautiva" se tornaron en manifestaciones por la libertad de expresión del arte y los artistas. Hoy en día existe incluso un museo que recuerda los horrores de esa época, y a cuya inauguración asistió en un gesto muy signicativo el Presidente de Alemania y brilló por su ausencia el Presidente peruano.

El debate fluyó en una secuencia de intensas declaraciones en tres lenguas que nos llevaron a reconocer que el teatro que se está mostrando en el Festival ¡Adelante! podría ser un fenómeno íntimamente ligado a su contexto. Es necesario reflexionar simultáneamente sobre las crisis de donde nacen las puestas en escena. Nos cuenta Filho, por ejemplo, que a los actores de “La tragedia latinoamericana” ya los han atacado con objetos lanzados desde el patio de butacas, o que actuaron con sala llena justamente el día en que se destituyó a la legítima Presidenta Dilma Rousseff. Esto nos demuestra que la relevancia de estas puestas en escena no se halla solo en su estética. Ciertamente resultará interesante constatar, en los días siguientes, si la importancia y urgencia de estas obras se vuelve evidente en Heidelberg, o si se pierde en algún punto en medio del Atlántico, lost in translation.