Carlos Díaz

Nacido en 1955, Carlos Díaz es un famoso director de teatro cubano, fundador y director de la Compañía de Teatro El Público. Estudió en el Instituto Superior de Arte de La Habana y comenzó su carrera como crítico de teatro y arte para luego establecerse como director. Además ha sido profesor, asesor dramático y diseñador de vestuario y escenografía. De 1980 a 1988 dirigió el Teatro Ensayo de Bejucal, después fue asesor general del Teatro Irrumpe (1983-1988), asesor general y director artístico del Ballet-Teatro de La Habana (1989-1990) y finalmente en 1990 presenta su primera gran producción en el Teatro Nacional de Cuba, el éxito de público y crítica "Trilogía de Teatro Norteamericano".

Díaz ha dirigido más de cien obras en Teatro El Público, el cual se ha convertido en toda una institución en La Habana, presentando obras locales y clásicos internacionales. En 2015, Díaz ganó el Premio Nacional de Teatro de la República de Cuba. Además sus obras han ido de gira por numerosos países: Ecuador, Brasil, España, Colombia, Venezuela, Estados Unidos, Alemania, entre otros.

Rogelio Orizondo

Nacido en 1982 en Santa Clara, el dramaturgo y director cubano Rogelio Orizondo es uno de los artistas contemporáneos más desafiantes. En 2010 su obra “Ayer dejé de matarme gracias a ti, Heiner Müller" ganó el prestigioso premio Virgilio Piñera y en 2011 el premio cubano de crítica literaria. Antes del éxito internacional de “Antigonón, un contingente épico” ya estuvo invitado a Alemania con una beca del Instituto Goethe, y sus textos se han presentado en Staatstheater Stuttgart y Maxim Gorki Theater en Berlín en lecturas escénicas.

"Nosotros, que crecimos con tantos héroes, en escuelas, en libros, en discursos, en los carteles publicitarios de la ciudad, comenzamos a preguntarnos si los únicos héroes reales serían nuestros muertos y nuestras familias. Y por sobre todo, nuestro lenguaje. / Porque tal vez lo único que queda en nuestras manos sucias es el lenguaje. / El único lugar donde pudiéramos ser realmente libres, con o sin el socialismo, podría ser dentro del lenguaje. / Porque el lenguaje hablaba sin palabras. / Porque el lenguaje eran nuestros cuerpos." (Rogelio Orizondo)

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